lundi 12 juillet 2010
EL ENTRERRIANO
Su autor, Rosendo Mendizabal, nació en Buenos Aires el 21 de abril de 1868. Fueron sus padres Horacio Mendizabal y Petrona Escalada, un matrimonio de negros esclavos de una familia aristocrática sin hijos, que a su muerte les dejó todos sus bienes.
Esto permitió que Rosendo además de realizar los estudios básicos, estudiara también música. Enrique Saborido dijo de Mendizabal en cierta ocasión:“Fue un pianista como ninguno”; era maravilloso como manejaba su mano izquierda”.
Como músico sostuvo su hogar con sus actuaciones en el “Tarana”, luego “Hansen”, en lo de “La Vieja Eustaquia”, en lo de “La Parda Adelina” y sobre todo en la “Casa de Laura”. En lo de la famosa “Casa de María la Vasca”, fue donde en 1897 estrenó su tango más famoso “El entrerriano”.
El Sr. J. Guidobono, participante de aquella reunión, relata aquel acontecimiento así: “Era una noche en que varios socios del “Z Club” habían tomado la sala para bailar en exclusividad. A las dos de la mañana golpearon la puerta, atendió María la Vasca y regresó diciendo que eran los jockeys Pablo Aguilera y Rafael Bastiani con unos amigos, que pedían permiso para participar de la velada. Fueron aceptados y el baile se extendió hasta las seis de la madrugada”.
Y continúa Guidobono: “Al retirarnos saludé a Rosendo, de quien era amigo y lo felicité por su tango inédito y sin nombre aún y me dijo, se lo voy a dedicar a usted; póngale nombre. Le agradecí pero no acepté y debo decir la verdad, no lo acepté porque eso me iba a costar, por lo menos, cien pesos al tener que retribuir la atención. Pero le sugerí la idea que se lo dedicase a Segovia, amigo también de Rosendo. Así fue, Segovia aceptó el ofrecimiento y se le puso “El entrerriano” porque Segovia era oriundo de la Provincia de Entre Ríos”.
La partitura original del tango “El entrerriano” lleva la dedicatoria al Sr. Ricardo Segovia y como curiosidad digamos que entrerriano está escrito con una sola “r” entreriano.
El tango “El entrerriano” tuvo varias letras; la primera la escribió Ángel Villoldo en 1906 y la cantó Pepita Avellaneda y empezaba diciendo así:
“A mi me llaman Pepita, jai, jai,
De apellido Avellaneda, jai, jai,
Famosa por la milonga, jai, jai,
Y conmigo no hay quien pueda”.
Una de las últimas letras la escribió Homero Espósito y es esta que reproducimos a continuación:
Sabrán que soy entrerriano,
Que soy
Milonguero y provinciano,
Que soy también
Un poquito compadrito
Y aguanto el tren
De los guapos con tajito.
Y en el vaivén
De algún tango de fandango,
Como el querer
Voy metiéndome hasta el mango,
Que pa’l baile y pa’l amor
Sabrán que soy
Siempre el mejor.
¿Ven, no ven lo que es bailar así,
Llevándola juntito a mi
Como apretando el corazón…?
¿Ven, no ven lo que es llevarse bien
En las cortadas del querer
Y en la milonga del amor?
Todo corazón para el amor
Me dio la vida
Y alguna herida
De vez en vez,
Para saber lo peor.
Todo corazón para bailar
Haciendo cortes
Y al Sur y al Norte
Suelen gritar
Que el Entrerriano es el gotán.
Hay quienes aseguran que “El entrerriano” lo compuso Ernesto Ponzio, “El Pibe” Ernesto, quien se lo habría confiado a su amigo Mendizabal en oportunidad de un viaje a Montevideo. Ponzio le dejó el original y Mendizabal lo publicó como suyo.
Otros dicen que fue un obsequio de Ponzio a Mendizabal. Y están aquellos que afirman que toda esta historia fue leyenda y el tango pertenece sin dudas a Mendizabal. Los que saben música se apoyan en una línea melódica que identifica las composiciones de Mendizabal.
Guido Bono, testigo presencial en el estreno del tango dice: “Si usted escucha “Don José María”, “Don Enrique” o “Z Club”, por ejemplo, todos obras de Mendizabal, notará en seguida la misma modalidad, lo que viene a confirmar la paternidad del tema.
Hay infinidad de grabaciones de este tango. Nosotros destacamos las que dejaron en el disco las orquestas de Rodolfo Biagi, Juan D’Arienzo, Alfredo De Ángelis y Aníbal Troilo.
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