Pages

lundi 20 août 2012

EL RELOJ, flor de tango



Esa mañana circulaba por la autopista, de la ciudad de Neuchâtel a Le Locle, pequeña localidad de 10.000 habitantes, fronteriza con Francia.

Nuestra intención era la de visitar un viejo molino subterráneo de harinas y aceites. En sus inicios, 1652-53, este  molino utilizó una corriente de aguas subterráneas como fuente de energía . Funcionó hasta 1899, para transformarse entonces en matadero de vacunos, cerrando definitivamente sus puertas en 1966. A partir de 1987 se convirtió en museo y actualmente es el único molino subterráneo en pie en Europa.

La ciudad de Le Locle ha sido declarada patrimonio de la UNESCO, por su urbanismo relojero ya que allí se encuentran las fábricas de las más afanadas marcas de relojes suizos, como Rolex, Tissot, Patek Philippe y Cartier.          

            A la entrada del casco urbano de esta antigua e interesante localidad de Le Locle, nos da la bienvenida  un hermoso reloj de flores, que funciona perfectamente marcando la hora con precisión suiza, inmediatamente vino a mi memoria la letra del tango «El reloj», de Roberto Cantoral, que dice así :

Reloj no marques las horas
Porque voy a enloquecer
Ella se ira para siempre
Cuando amanezca otra vez.
Nomas nos queda esta noche
Para vivir nuestro amor
Y tu tic-tac me recuerda
Mi irremediable dolor.
Reloj deten tu camino
Porque mi vida se apaga
Ella es la estrella
Que alumbra mi ser
Yo sin su amor no soy nada.
Deten el tiempo enn tus manos
Haz esta noche perpetua
Para que nunca se vaya de mi
Para que nunca amanezca.
Reloj deten tu camino
Porque mi vida se apaga
Ella es la estrella
Que alumbra mi ser
Yo sin su amor no soy nada
Ella es la estrella
Que alumbra mi ser
Yo sin su amor no soy nada.



El 2 de agosto de 1957, este tango lo grabó la Orquesta Típica del maestro  Juan D’Arienzo,  con la voz de Jorge Valdez.