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dimanche 17 juin 2012

LA CUMPARSITA Y EL FÚTBOL



Dr. Nelson Sica Dell’ Isola
                El tango y el fútbol, son el centro de las preferencias populares en el Río de la Plata. Son «berretines» populares, como ya los calificó la película «Los tres berretines», de la década del treinta, protagonizada por Luis Sandrini.
                Corría el año 1924 y Uruguay concurría a los juegos olímpicos que se realizaban en Colombes (Francia). El equipo estaba integrado por José Leandro Andrade, Pedro Arispe, Pedro Cea, Alfredo Ghierra, Andrés Mazali, José Nasazzi, Pedro Petrone, Ángel Romano, Héctor Scarone, Santos Urdinarán y José Vidal.
            Pese a que ya había ganado cuatro campeonatos sudamericanos de fútbol, ninguna chance se asignaba a nuestro equipo. Nadie daba «dos vintenes» por nosotros. El diario francés «Le temps», cuando comenzaba el campeonato decía: «Nos apena que sean tan torpes estos jóvenes sudamericanos. Han venido desde tan lejos y tendrán que volverse después del primer partido».
                Comenzó el certamen y Uruguay debutó goleando 7 a 0 a Yugoslavia, luego 3 a 0 a Estados Unidos, 5 a 1 a Francia y 2 a 1 a Holanda, clasificándose así para la final con Suiza que se jugó el lunes 9 de junio de 1924 y otra vez se impuso la celeste ganando por 3 a 0, logrando  invicta el primer cetro de este deporte.
            Ante 60.000 espectadores dieron la Vuelta Olímpica, ideada por nuestros jugadores, que se transformó en costumbre a nivel mundial.
            Pero, qué tiene que ver «La cumparsita» con esta victoria?
                Mucho, porque cuando nadie esperaba el triunfo de «les indiens uruguayens», la banda que tenía que tocar los himnos, desconocía el del país ganador. Ante esta situación, el Dr. Atilio Narancio, les preguntó a los músicos si conocían el tango «La cumparsita» y al contestar afirmativamente, se acordó que dicho tema fuera tocado al izarse la bandera uruguaya en el mástil  más alto de los homenajes.
                La anécdota la contó el Emabajador uruguayo en Santo Domingo, Dr. Edison González Lapeyre, en carta del 3 de abril de 1979 al Sr. Erasmo Silva Cabrera (AVLIS).
            Habían pasado 7 años de su estreno en «La Giralda»…
            Por entonces, tango y fútbol eran cosas de jóvenes y muchos de nuestros jugadores se lucían dibujando cortes y quebradas en los locales nocturnos de la «Ciudad Luz», como por ejemplo el mediocampista José Leandro Andrade.
                Un día fueron a uno de ellos, donde actuaba la orquesta de Francisco Canaro. Al interpretar «El himno de los tangos», se cuenta que el vasco Cea se puso de pie y con la mano en el corazón. Preguntado por uno de sus compañeros por su actitud exclamó : «Pero no manyan que es el himno nacional !!!».
            En 1924 la creación de Gerardo Matos Rodríguez, ya era «himno» de nuestro país.  Su música, 74 años después, fue declarada por Ley N° 16.905 del 2 de enero de 1998, publicada en el Diario Oficial del 10 de enero siguiente, «himno cultural y popular de la República Oriental del Uruguay», reconociendo lo que ya estaba resuelto en los hechos.

dimanche 3 juin 2012

Domingo Serafín Federico



Bandoneonista, arreglador, director y compositor, nació en el barrio de Palermo, Buenos Aires, el 4 de junio de 1916.

            En un principio estudió guitarra, piano y violín, para finalmente elegir el bandoenón; Pedro Maffia fue su maestro.   

En 1931 debutó profesionalmente en Radio Porteña, acompañando a radioteatros. Seguidamente actuó con la orquesta de Juan Canaro, luego dirigió una orquesta melódica y en 1939 ingresó a la orquesta de Miguel Caló, para formar la suya propia el 15 de julio de 1943.

            Fue el pianista de Francisco Canaro, cuando el eximio maestro maragato viajó con su orquesta a Japón.

            Como compositor le pertenecen, «Mordiendo el rencor», su primer tango en 1930, «A bailar», «Tristeza de la calle Corrientes», «Percal», «Al comp’as del corazón», «Saludos», «Yo soy el tango» y «Yuyo verde», entre otros.

            Domingo Federico falleció el 6 de abril de 2000.