Dr. Nelson Sica Dell’
Isola
El tango y el fútbol, son el centro
de las preferencias populares en el Río de la Plata. Son «berretines»
populares, como ya los calificó la película «Los tres berretines», de la década
del treinta, protagonizada por Luis Sandrini.
Corría el año 1924 y Uruguay
concurría a los juegos olímpicos que se realizaban en Colombes (Francia). El
equipo estaba integrado por José Leandro Andrade, Pedro Arispe, Pedro Cea,
Alfredo Ghierra, Andrés Mazali, José Nasazzi, Pedro Petrone, Ángel Romano,
Héctor Scarone, Santos Urdinarán y José Vidal.
Pese a que ya había ganado cuatro
campeonatos sudamericanos de fútbol, ninguna chance se asignaba a nuestro
equipo. Nadie daba «dos vintenes» por nosotros. El diario francés «Le
temps», cuando comenzaba el campeonato decía: «Nos apena que sean tan torpes
estos jóvenes sudamericanos. Han venido desde tan lejos y tendrán que volverse
después del primer partido».
Comenzó el certamen y Uruguay debutó
goleando 7 a 0 a Yugoslavia, luego 3 a 0 a Estados Unidos, 5 a 1 a Francia y 2
a 1 a Holanda, clasificándose así para la final con Suiza que se jugó el lunes
9 de junio de 1924 y otra vez se impuso la celeste ganando por 3 a 0, logrando invicta el primer cetro de este deporte.
Ante 60.000 espectadores dieron la
Vuelta Olímpica, ideada por nuestros jugadores, que se transformó en costumbre
a nivel mundial.
Pero, qué tiene que ver «La
cumparsita» con esta victoria?
Mucho, porque cuando nadie esperaba
el triunfo de «les indiens uruguayens», la banda que tenía que tocar los
himnos, desconocía el del país ganador. Ante esta situación, el Dr. Atilio
Narancio, les preguntó a los músicos si conocían el tango «La cumparsita» y al
contestar afirmativamente, se acordó que dicho tema fuera tocado al izarse la
bandera uruguaya en el mástil más alto
de los homenajes.
La anécdota la contó el Emabajador
uruguayo en Santo Domingo, Dr. Edison González Lapeyre, en carta del 3 de abril
de 1979 al Sr. Erasmo Silva Cabrera (AVLIS).
Habían pasado 7 años de su estreno
en «La Giralda»…
Por entonces, tango y fútbol eran
cosas de jóvenes y muchos de nuestros jugadores se lucían dibujando cortes y
quebradas en los locales nocturnos de la «Ciudad Luz», como por ejemplo el
mediocampista José Leandro Andrade.
Un día fueron a uno de ellos, donde
actuaba la orquesta de Francisco Canaro. Al interpretar «El himno de los
tangos», se cuenta que el vasco Cea se puso de pie y con la mano en el corazón.
Preguntado por uno de sus compañeros por su actitud exclamó : «Pero
no manyan que es el himno nacional !!!».
En 1924 la creación de Gerardo Matos
Rodríguez, ya era «himno» de nuestro país.
Su música, 74 años después, fue declarada por Ley N° 16.905 del 2 de
enero de 1998, publicada en el Diario Oficial del 10 de enero siguiente, «himno
cultural y popular de la República Oriental del Uruguay», reconociendo
lo que ya estaba resuelto en los hechos.
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