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mercredi 11 décembre 2013

FRANCISCO «PIRINCHO» CANARO


Francisco Canaro, violinista, director, compositor, cineasta, fundador y primer presidente de SADAIC, nació en la ciudad de San José de Mayo, República Oriental del Uruguay, el 26 de noviembre del año 1888. Era hijo del matrimonio de inmigrantes italianos que componían Francisco Canaro y Rafaela Gatto.

                La familia Canaro emigró a Buenos Aiies en el año 1898. Ya a los 10 años Francisco Canaro (h), comienza a trabajar para ayudar en la economía de la casa, desempeñando diversas tareas, como canillita, lustrador de zapatos y pintor de brocha gorda.

            Sus primeros pasos en la música los hace con un vecino, que le enseñó a tocar la guitarra y la mandolina. Su primer violín lo construyó él mismo con un vidón de aceite vacío y una madera. Recién a los 18 años, pudo tener un violín de verdad.

            Formó un trío con violín, guitarra y mandolina, actuando en ranchos de la periferia de Buenos Aires.

El primer tango que interpretó fue «El llorón».

            A los 20 años integró el conjunto de Vicente Greco, amigo y vecino suyo, actuando en los boliches de La Boca. Integraban esta agrupación: Greco y Lorenzo Labissier (bandoneones), Canaro y Juan Abbate (violines), Domingo Greco (guitarra o piano) y Vicente Pecci (flauta).

            En 1912 compone su primer tango, «Pinta brava».

                Para 1915 arma su orquesta y es invitado para actuar en el «Baile del Internado» que organizaban los estudiantes de medicina. Durante ese año compone los tangos: «El alacrán», y «El internado».
            Más tarde organiza un trío con el bandonionista Pedro Polito y el pianista José Martínez, que será la base de su primera orquesta, a la que se agregan Rafael Rinaldi, segundo violín y Leopoldo Thompson, contrabajista. Es importante destacar aquí, que fue «Pirincho» el primero en incluir el contrabajo en la orquesta típica.



Las orquestas típicas de esta época eran exclusivamente instrumentales. Fue Canaro, en 1924, quien agregó al estribillista, que fue en la ocasión, Roberto Díaz. Por su orquesta pasaron muchos cantores, entre otros, recordamos a Carlos Roldán, Roberto Maida, Charlo,…

            Con su orquesta Canaro recorrió diversos países, Francia, Italia, Japón,…

            Dejó 3.792 grabaciones.

            Incursionó en el cine. De las películas que filmó estos son algunos títulos: «Ídolos de la radio», «Ya tiene comisario el pueblo», «El diablo andaba en los choclos», etc.

            Afectado de la enfermedad de Paget, falleció en Buenos Aires a los 76 años, el 14 de diciembre de 1964.

mercredi 16 octobre 2013

Falleció el cantor OSCAR NELSON

El 28 de agosto próximo pasado, falleció el cantor uruguayo Oscar Nelson, que había nacido en el barrio de La Aguada, el 25 de setiembre de 1922. Su nombre de familia era Eduardo Granja Barrere.


Cuando viajó a Buenos Aires para participar en un concurso para cantar en la Orquesta de Pedro Maffia, la persona que recibía las inscripciones, de apellido Nelson, le dijo que Granja no era un nombre apropiado para un artista y le propuso, según el mismo contó: «…poné mi apellido, vas a ver que te voy a dar suerte».

Y así fue, ganó el concurso y empezó a actuar como Eduardo Nelson.

De regreso a Uruguay se integró a la Orquesta de Roberto Cuenca. Allí fue que el director le sugirió cambiarse el nombre, eligiendo uno más corto y de mayor efecto como Oscar, que lo acompañó a lo largo de su carrera artística.

Actuo luego con Rogelio Coll «Garabito» y más tarde con Puglia – Pedroza, orquesta con la que compartió escenarios con Alberto Podestá, Julio Martel y Francisco Fiorentino.

Gustaba mucho del football, hincha apasionado de Nacional. Grabó con la orquesta de Puglia y Pedroza para el club de sus amores, tres temas: “Nacional” (música de Puglia y Pedroza y letra de Federico Silva), “Futbol y Gloria» (música de Puglia y Pedroza y letra de M. Ángel Belmonte) y « Nacional para siempre » (música de Gerardo Hernán Matos Rodríguez y letra del Dr. Hector Bello Schmid).

Los últimos años de su vida, canto a dúo con Roberto Maira.

Concurrió a la escuela Ecuador, de Ángel Floro Costa y Tala y cuando tenía 18 años comenzó a trabajar en la fábrica «Alpargatas» y despúes 25 años en UTE.

Comenzó a cantar en los coros del SODRE. A los 20 años debutó profesionalmente en el café «Verdún», de Rivera y Miguel del Coro.

Hemos tenido la suerte de compartir con él algunos momentos y hoy quisimos en esta nota recordarlo con mucho cariño y respeto, usando palabras del Dr. Nelson Sica, que nos prestó para la ocasión.

dimanche 22 septembre 2013

FRANCISCO FIORENTINO



Francisco Fiorentino, el Tano Fiore por su origen italiano, fue un excitoso cantor de tangos. Nació en el barrio de San Telmo, Buenos Aires, el 23 de septiembre de 1905.]


Se inició en el tango como bandoneonista, pero luego pasó a desempeñarse como estribillista de diversas orquestas. El estribillista era el cantante de orquesta que en los años veinte y treinta cantaba sólo un fragmento de la letra, sin tener demasiada trascendencia. En ese carácter, cantó para las orquestas de Juan Carlos Cobián, Francisco Canaro, Juan D’Arienzo, Pedro Maffia y Roberto Zerrillo.

Cuando llega a la flamante orquesta de Aníbal “Pichuco” Troilo, nadie suponía lo que llegaría a ser. Los años de Fiorentino con el "Gordo" llevaron al cantor a un primer plano muy merecido, ya que, superó notoriamente sus actuaciones anteriores; fue la voz característica de la orquesta. Y por propio peso, desde aquellas primeras intervenciones como estribillista, pasó a cantar, si bien no toda la letra, gran parte de la misma. Voz de tango, fraseo bien porteño y gran emotividad, características que expuso Fiorentino en aquellos años en que logró sus éxitos definitivos.

Fiorentino y Troilo conformaron un afiatado engranaje, un acople perfecto donde la orquesta se lucía en una larga introducción para luego generar el marco adecuado y necesario para que el cantor se destacara. Su personalidad, su buen gusto y la dirección permanente de "Pichuco" dieron como resultado un cantor intimista, de gran calidez interpretativa que supo conmover a su público, convirtiéndose en un hito en la historia de los vocalistas de tango.

Su vida artística junto a Troilo duró seis años, debutó el 1 de julio de 1937 en el cabaret Marabú y se desvinculó en marzo de 1944.

En 1955, antes de viajar a Mendoza, comentó a un amigo: «A la vuelta de la gira tengo prometido un laburo que,si se me hace, es lo mejor que me podría pasar: el Gordo Pichuco me va a hacer grabar con el cuarteto Troilo-Grela. ¿No es una maravilla?».

En 1951 viaja al Uruguay para incorporarse al conjunto del pianista José Adolfo Puglia y el bandoneonista Edgardo Pedroza. Con esta orquesta registró sus tres últimas grabaciones.

En 1955, antes de viajar a Mendoza, comentó a un amigo: «A la vuelta de la gira tengo prometido un laburo que, si se me hace, es lo mejor que me podría pasar; el Gordo Pichuco me va a hacer grabar con el cuarteto Troilo-Grela. ¿No es una maravilla?».

La noche del 10 de septiembre de 1955, diez días antes de cumplir 50 años, cantó en un baile a beneficio en la escuela Alfonso Bernal en el distrito Los Árboles de la localidad mendocina de Rivadavia, 35 km al sudeste de Mendoza y 950 km al oeste de Buenos Aires. A la madrugada, junto con otros amigos músicos emprendió el viaje de regreso en automóvil. Pero en vez de dirigirse hacia la ruta nacional 7, se dirigieron al oeste por un camino de ripio y a 30 minutos de distancia, volcaron al cruzar el puente del dique Tiburcio Benegas, sobre el río Tunuyán. La parte del vehículo en que viajaba el cantor quedó cubierta por el agua de una pequeña fosa cenagosa de muy poca profundidad, apenas unos centímetros. "Fiore" tuvo la mala suerte de perder el conocimiento por el golpe y quedar con el rostro semisumergido. Perdió la vida absurdamente ahogado.

mardi 3 septembre 2013

DE VIVIR TROILO HUBIERA CUMPLIDO 99 AÑOS

Aníbal Troilo nació el 11 de julio de 1914, en la calle Cabrera 2937, entre Anchorena y Laprida, en pleno barrio del Abasto pero, se crió en Palermo.




Su padre murió cuando "Pichuco" tenía 8 años y su vocación por el "fueye" despertó cuando todavía cursaba la escuela primaria. Años después comentó «Mi viejo era carnicero y murió cuando yo tenía ocho años... A los diez, el fueye me atraía tanto como una pelota de fútbol. Jugaba de centrojás en el Regional Palermo».



«Mi vieja se hizo rogar un poco, pero al final me dió el gusto y tuve mi primer bandoneón: diez pesos por mes en catorce cuotas. Y desde entonces nunca me separé de él».



Una tardecita de 1928, un gordito retacón, con ojos de japonés, bajó del tranvía 31 y encaró para el lado de la calle Soler, en la frontera sur de Palermo Viejo con el Abasto y Almagro. El pibe venía del Colegio Carlos Pellegrini. En la esquina, lo pararon los amigos: el jorobadito Goyo, Duve, el flaco Cutaro, Luisito el peluquero... «¡Dogor! –le gritó el jorobadito- ¿te querés ganar unos mangos? Te conseguimos una actuación en el Petit Colón».



El fue al tango, como instrumentista, lo que Carlos Gardel a su interpretación cantada.



Así empezó la historia. El gordito retacón con ojos de japonés tenía 14 años, los pantalones cortos y todo el barrio adentro. Se llamaba Aníbal Carmelo Troilo.



Ejecutante de bandoneón, justamente el instrumento símbolo del género, su apodo familiar de "Pichuco" trascendió a la sociedad y coexistió armoniosamente con el artístico de "El Bandoneón Mayor de Buenos Aires", según lo bautizara el poeta lunfardo Julián Centeya.



Varios factores contribuyeron a hacer de Troilo un mito viviente: su manera de tocar "hacía hablar" al bandoneón en los fraseos, del mismo modo que la trompeta de Louis Armstrong "enseñaba" a cantar jazz a sus contemporáneos. Pero además, Troilo fue un melodista inigualable, cuyo talento para la composición quedó registrado en temas como los que escribió para letras de su hermano del alma,Homero Manzi ("Barrio de tango", "Sur", "Discepolín", "Che Bandoneón"), o de Cátulo Castillo ("María", "La última curda") o en su "Responso", a la muerte, justamente, de Homero Manzi, en 1951. Fue un tío llamado Juan Amendolaro quien le impartió las primeras nociones de ejecución de bandoneón. Y ya en 1926, con apenas 12 años, estaba tocando en un festival benéfico del Petit Colón, un cine de su barrio. Nunca más se bajó de las tablas. Por su orquesta pasarían, entre una larga constelación de grandes, un joven bandoneonista marplatense llamado Astor Piazzolla, a quien distinguió prontamente con la confianza que el director dispensa a quien se convierte en su arreglador, y a quien solía hacer una sola recomendación: "La gente tiene que bailar, no perdamos el baile, si perdemos la milonga, sonamos".



Muchos años después, ese mismo Troilo, ya devenido en "Pichuco", fue a visitar a Enrique Santos Discépolo, que entonces vivía en La Lucila. Se quedó a cenar y cuando la sobremesa se alargaba, Discépolo lo llevó a los fondos de la casa para que viera el jardín que él mismo cuidaba. De repente, le preguntó:«¿Cómo estás?»



«Bien » le contestó Pichuco. «¿Qué vas a hacer?»



«No sé», le contestó el «Gordo».



«¿Sabés lo que tenés que hacer?»



«No».



«Nada».



Para Discépolo, Pichuco, ya había hecho todo. Pero se equivocó, le quedaba por ejemplo, envolver en melodías los versos a "Discepolín", que escribió Homero Manzi. O los de "A Homero", "Desencuentro" y "La última curda", que hizo Cátulo Castillo.



Cuando murió Manzi, una noche lo sintió dentro de él. Estaban jugando al bacarat en su casa cuando se levantó de la mesa y se fue a otra habitación para componer de un tirón "Responso", una elegía que está entre los tangos más grandes de todas las épocas. Lo grabó y no quiso tocarlo nunca más. Cuando el público lo obligaba, accedía, pero se desgarraba por dentro.



Fue autor de 60 tangos. Todos inolvidables. Sus músicos decían que llevaba al tango en la piel. Tocaba como bailaban los bailarines de antes, resbalando sobre el piso encerado. Eso no se lo enseñó nadie, porque eso no se aprende sino que se trae en el alma. Es necesaria una sensibilidad muy especial y Troilo la tenía, por eso fue lo que fue.



Sus sucesivas formaciones orquestales no sólo incorporaron a cantores insignes como Francisco Fiorentino, Alberto Marino, Floreal Ruiz, Edmundo Rivero, Roberto Goyeneche, Elba Berón, Nelly Vázquez- sino a instrumentistas prestigiosos, auténticos paradigmas del género: los pianistas Orlando Goñi, José Basso, Carlos Figari y Osvaldo Berlingieri; los bandoneonistas Astor Piazzolla, Ernesto Baffa y Raúl Garello; los violinistas Hugo Baralis, Salvador Farace y Juan Alzina; el cellista José Bragato...



Como siempre sucede, los artistas que logran aquerenciarse en el espíritu ciudadano son humildes de alma, desdeñan los oropeles del éxito y disfrutan el regocijo que sólo proporcionan "esas pequeñas cosas".



Remolón, parsimonioso, "fiaca" confesó una vez, Troilo se volvía frenético cuando lo asaltaba la inspiración o cuando sus kilos de más y la jaula sobre sus rodillas conjugaban un solo cuerpo de pasión tanguera.

La gente le tenía cariño, siempre lo reconoció y él siempre decía: "Los que caminan al bardo, como yo, siempre quieren a los que les hacen bien". Al bardo, para él, era caminar sin ton ni son.



Los que lo conocieron muy de cerca afirman que un hijo podría haberle cambiado la vida. Pero , no lo tuvo, siempre se jactó de su amor por la noche. Un día, entró a una Iglesia y discutió con el párroco que pretendió darle un sermón. Troilo pensó entonces :"Este recién tiene treinta años y me quiere enseñar a vivir a mí, justo a mí, que me pasé la vida en la calle, a los golpes con la vida, con la gente y conmigo mismo, porque yo siempre fui mi peor enemigo. Pichuco fue el peor enemigo de Aníbal Troilo".



Solía cerrar los ojos cuando tocaba y nunca supo explicar porqué. Si lo apuraban, decía que era porque, posiblemente, se sentía dentro de sí mismo. Era así, parecía que se dormía sobre el fueye. Los aplausos lo despertaban. Entonces, comprendía que todo había sido en vano, que nunca había estado solo.



Víctima de un derrame cerebral y de sucesivos paros cardíacos, Pichuco murió el 19 de mayo de 1975 en el Hospital Italiano, pero aún hoy su recuerdo promueve un reverencial sentimiento de admiración.

lundi 8 juillet 2013

El Mago y ese miedo de volar.



A 78 AÑOS DEL ACCIDENTE DE MEDELLÍN QUE TERMINÓ CON LA VIDA DE GARDEL.
«El Mago»y ese miedo de volar.
 Corría el 1924 cuando Julio De Caro inauguró el Chantecler; Gardel solía recalar en él a su regreso de sus actuaciones. Se ubicaba en uno de los palcos, corría las cortinas buscando  el anonimato y la tranquilidad para conversar con sus amigos nocheros, entre los que se contaba el maestro Juan D’Arienzo.
 Poco tiempo después D’Arienzo inició sus actuaciones en esa sala y próximo a una gira que iba a iniciar el «Inmortal tacuaremboense», éste le expresó al «Rey del Compás», sus temores de viajar en avión.
 Cuando ocurrió la tragedia, D’Arienzo lloró mucho la pérdida de su amigo y en su homenaje, se hizo el juramento no subir nunca a un avión.
 Y lo prometido, se hizo realidad. Su orquesta viajó a Japón, pero él no. La travesía por mar le llevaría mucho tiempo. Cuando el maestro viajaba a Montevideo para actuar y vacacionar, lo hacía en el Vapor de la Carrera.
 Cuando yo bajé de mi viaje de bautismo a Buenos Aires, juré no subir jamás a un avión. Hoy en día tengo tantas horas de vuelo, que ya podría aspirar a obtener el brevet de comandante de aeronave. 

mardi 18 juin 2013

ELVINO VARDARO






                Nació el 18 de junio de 1905 en el barrio del Abasto (Buenos Aires); sus padres Félix Vardaro y Juddy Fino. Violinista, director y compositor.

            Para Luis Sierra, …«el más notable intrumentista de todas las épocas del tango». Para Horacio Ferrer, …«a través de 40 años, el mayor intérprete del violín del tango, junto con Antonio Agri».

            Estudió con Fioravanti Brugni y se perfeccionó  con Georges Baré.  Se inició tocando en cines, para en 1920 debutar profesionalmente  en la Orquesta de  Rodolfo Biagi, pasando luego por distintos conjuntos orquestales: Juan Maglio «Pacho», Paquita Bernardo, Roberto Firpo, Típica Víctor, Juan Carlos Cobián, Ciriaco Ortiz, Luis Petruccelli, Juan B. Guido, Adolfo Carabelli, Los Provincianos, Típica Porteña, Pedro Maffia, Vardaro-Pugliese, Los Virtuosos, Demare-Vardaro, Astor Piazzolla, Carlos Di Sarli, Fulvio Salamanca y finalizando su carrera artística con Los Astros del Tango.

                Una vez jubilado como músico, se radicó en Córdoba, donde falleció el 5 de agosto de 1971.

            Como compositor dejó estos títulos: “Dominio”, “Tinieblas”, “Y a mi que me importa”, “Humos de reina”, “Mía», «Ternura», «Una vida», «Fray milonga», «Baile de patio», «Brujerías», «Lo que no pudo ser», «Te llama mi violín», «Miedo», «Pobre Fanfán» y « «El repique».

lundi 3 juin 2013

JUAN CARLOS COBIÁN



Juan Carlos Cobián, pianista, directo y compositor, nació el 31 de mayo de 1896 en Pigüé, Partido de Saavedra, Buenos  Aires, Argentina. Era hijo de Manuel Cobián y Silvina Coria.
            Sin discusión, pieza fundamental en la historia del 2 x 4 ; fue un auténtico evolucionista del tango. A los 7 años, se inicia en el piano familiar, para luego concurrir al Concervatorio William, hasta obtener su diploma de profesor de piano y solfeo.
            En 1914, ya en Buenos Aires, es pianista de una cervecería alemana. Allí sólo toca valses vieneses. Más tarde actúa en cines, para debutar con un trío que dirigía el bandoneonista Genaro Spósito y completaba el violinista Ernesto Zambonini.
            Seguidamente integró un trío con Eduardo Arolas y «Tito» Roccatagliata, que debutó en el cabaret Montmartre de la calle Corrientes 1435. Un mes después Arolas ingresa dos músicos más. El quinteto actuó en el cabaret L’Abbaye.
            Cobián no acató el llamado a hacer la conscripción, convirtiéndose en desertor. Queriendo subsanar su falta, en 1920 se presentó en el Cuartel del Regimiento de Infantería N° 2, donde permaneció unos meses ese año y todo 1921.
            En atención a su condición de músico, era invitado con frecuencia a tocar tangos en el piano del casino de oficiales. Fue en esos años que compuso «A pan y agua».
            Cumplida la pena, se incorporó al sexteto de Osvaldo Fresedo. Cuando el «Pibe de la Paternal» dejó la dirección del conjunto, Cobián tomó la batuta. En 1923 emigró a Nueva York, donde residió hasta 1928.
            De regreso a Buenos Aires, actuó como solista e integró, entre otros, el Trío Número Uno, con Ciriaco Ortiz y Cayetano Puglisi. En 1936 rearmó su orquesta, de la cual era cantor Antonio Rodriguez Lasende.
            En 1937 vuelve a viajar a Nueva York, para regresar a la Argentina ocho años después, ya con sus facultades físicas muy disminuídas.
            De su autoría destacamos su vinculación con Enrique Cadícamo, de la cual surgen títulos como : «Rubí», «Nieblas del Riachuelo», «La casita de mis  viejos», «Nostalgia» y «Los mareados».
            Cobián falleció en Buenos Aires el 10 de diciembre de 1953. Vivió sus 57 años intensamente. Cadícamo, su colaborador de siempre, dijo: «Había algo que hacer en la tierra después de haberlo conocido todo?»

mercredi 24 avril 2013

El origen de «El irresistible»


Jorge Ramos (Coleccionista)


Lorenzo Logatti (1872 – 1961) era un clarinetista italiano que llegó a la Argentina en 1898 con 26 años de edad. Buen instrumentista, enseguida formó parte de distintas orquestas líricas y clásicas, actuando en salas especialmente dedicadas a ese arte como los teatros «Ópera», «Politeama» y «Coliseo».

En dichos teatros no había actividad en el verano, entonces sus escenarios eran aprovechados por las orquestas que en aquellos tiempos tocaban todos los rítmos, inclusive Tango.

Ya aporteñado, en los Carnavales de 1908 Logatti formaba parte de una de esas orquestas y aprovechó los bailes del «Ópera» para presentar un tema instrumental que recién había compuesto. Ese tango tuvo una aceptación triunfal la misma noche del estreno, tanto, que la orquesta debió repetirlo varias veces. Francisco García Jiménez asegura que gustaban sobre todo sus compases pegadizos.

Avanzada la noche se acercó al escenario una pareja de bailarines y el director les presentó al autor del tema. Como era costumbre en Carnaval, la dama tenía cubierto el rostro por un antifaz; ya frente a Logatti le preguntó: «Cómo se llama ese tango?».

La respuesta fue: «Lo acabo de escribir. Todavía no tiene título». «Es irresistible» acotó la dama con entusiasmo, lo que dió lugar a que Logatti aprovechara esa frase para decirle: «Ya tiene título ; usted se lo puso. Lo vamos a llamar El irresistible». Y agregó: «Se lo puedo dedicar, a nombre de quien?».

«Ponga solamente L» respondió la bailarina Y así fue editado de inmediato. Fue un preanuncio de lo que vendría después, porque «El irresistible» fue incorporado al repertorio de las grandes orquestas y cabe destacar que D’Arienzo lo grabó en cuatro oportunidades: 1936, 1951. 1954 y 1963.

vendredi 19 avril 2013

Hoy, 19 de abril, se cumplen 96 años del estreno de «La cumparsita».


El 19 de abril de 1917, la Orquesta del maestro Roberto Firpo, estrenó en la Confitería «La Giralda», de 18 de Julio y Andes, «La cumparsita», hoy decano de los tangos.


Su autor, Gerardo Hernán Matos Rodriguez «Becho», un pianista

aficionado autodidacta, nació en Montevideo, República Oriental del Uruguay,

el 28 de marzo de 1897 y falleció el 24 de abril de 1949.

El 2 de febrero de 1999, por ley N° 16.905, «La cumparsita» fue

declarada «Himno Cultural y Popular del Uruguay».

Al día de hoy se estima que existen más de 1.200 versiones de esta obra

en todo el mundo. La mayoría están interpretadas por orquestas típicas, pero

también las hay por orquestas sinfónicas y hasta agrupaciones tropicales. Tal

vez llame la atención decir que hay grabaciones de «La cumparsita» en otro

rítmo, como por ejemplo vals.

La mayoría de las grabaciones que se conocen son instrumentales y las

hay cantadas con diferentes letras o glosas; de éstas las más exitosas son las

que dejaron en el disco Carlos Gardel (letra de Pascual Contursi y Pedro

Maroni) y Julio Sosa (glosa de Celedonio Esteban Flores).

vendredi 12 avril 2013

ANTE LA PÉRDIDA DE DON RICARDO OSTUNI


El pasado 20 de febrero, falleció en Buenos Aires, uno de los hijos ilustres del Río de la Plata, el Escritor Argentino don Ricardo Ostuni. A una edad en que todavía podíamos esperar mucho de su aporte, ya que tenía 76 años, ya que nació el 25 de enero de 1937. En pleno tiempo de tango, como el mismo lo ha dicho: “cuando ya se insinuaba el auge de la década del 40, por lo que su infancia y adolescencia estuvieron signadas por nuestra música ciudadana.-


Era una persona de personalidad muy completa y versada, y al mismo tiempo siempre humilde, con gran facilidad para escribir y parlamentar, con una elocuencia privilegiada, que se distinguió por su CULTURA, palabra que en este caso, tenemos que escribirla en mayúsculas, o decirla y repetirla varias veces, si lo hacemos verbalmente.-

Ostuni era un hermano argentino, escritor, poeta, investigador de mente abierta, compositor, periodista escrito y radial, conferencista, Miembro de número de la Academia Porteña del Lunfardo y de la Academia de Historia de Buenos Aires, y durante más de diez años Vice-Presidente de la Academia Nacional del Tango de Argentina. Fue Rector de la Universidad del tango y Profesor del Liceo Superior del Tango. Y autor de una docena de libros: la mitad referidos a nuestra música, y la otra mitad publicando sus poesías.-

En uno de ellos, editado cuatro veces, titulado “La repatriación de Gardel”, buscó reintegrarlo en la geografía de su cuna, esto es la de los países platenses. Y lo escribió con gran honestidad intelectual, porque “repatriar” en una de sus acepciones, es reintegrar a alguien a su país de origen; y en el caso de Gardel es reinsertarlo en la geografía de su cuna: los países platenses. Escribiendo con la valentía del que sabe que su actitud le puede costar reproches, por descubrir una verdad largamente ocultada Y permitir así que su herencia pasara a manos de la mujer que le cuidó en su niñez, y siguiera luego su tránsito hacia las arcas de Armando Defino, novel y voraz apoderado del cantautor y factotum de la operación, como lo dijo el Colombiano Dr. Luciano Londoño (Nota publicada en Revista “Latin Beat Magazine”). Demostrando acabadamente que, de ninguna manera Carlos Gardel haya sido la misma persona que el Charles francés, nacido en 1890, pues como el mismo lo dijo “son demasiadas constancias que presumen una fecha muy anterior a la que surge del acta de Toulouse”.

Como me lo dijo el pasado año, un músico de fama mundial, Héctor Ulises Passarella, Ostuni fue un “hombre intelectualmente honesto y por lo tanto enteramente libre. Que supo decir su verdad, aunque ella fuere “contra el viento”, que como sabemos ayuda mucho para caminar, pero no a sembrar”. Y una vez que conoció la triste noticia, al solicitarme hiciera llegar su saludo a los familiares, entre otras cosas me dice que “La cultura en general ha perdido un gran exponente. Será responsabilidad de todos, hacer que su obra no se pierda. Yo le agradeceré siempre.”

Un personaje fuera de serie de la noche porteña, el escritor, periodista y abogado Hipólito "Tuco" Paz, dijo que este libro fue “escrito sin cartas marcadas". Agregando que "El autor presenta al lector todo el abanico de pruebas concernientes a las distintas teorías expuestas sobre los enigmas que signan la vida de Gardel para que el lector pueda aplicar su propio criterio sin presiones, evaluarlas y asumir su punto de vista”.-

En este libro, el "francesismo" de Gardel termina por convertirse en algo imposible de sostener racionalmente y reafirma esa convicción a través de un trabajo investigativo tan serio como profundo.-

En “Viaje al corazón del tango”, recopila notas publicadas anteriormente en diversos medios, pero no para hacer una historia del tango, sino desde otra perspectiva, como “una manera de sentir y pensar la vida, una manera de expresar el drama existencial del hombre, en un lenguaje, un sentimiento, una rebeldía, un modo de decir la soledad…un arte complejo que resulta de la suma de otras artes… y es una incitación al pensamiento”. Buscando los orígenes de la música ciudadana rioplatense, en un análisis socio-cultural.-



Otro libro, “Tango, Voz Cortada de organito”, está referido a la inmigración italiana y su influencia en el tango, mostrando el papel, muchas veces ignorado a pesar de su notoriedad, que tuvieron en la el tango y en la formación de la Nación.-



Y “Borges y el tango”, (dos ediciones), no es una mera recopilación de anécdotas y declaraciones periodísticas, sino una mirada global a su obra y a su vida.-



Es también coautor, del muy reciente libro titulado “Gardel es Uruguayo”, de Ediciones de la Plaza, Coordinado por el tacuaremboense Dr. Carlos Arezo Posada, (que también escribe), en el que ha hecho un importante aporte, conjuntamente con la poetisa e investigadora argentina Martina Iñiguez, el venezolano Juan Moreno Gómez, el colombiano Dr. Luciano Londoño, el gallego José Monterroso Devesa, el Esc. Freddy González Araújo uruguayo pedrense, el uruguayo radicado en Argentina Jorge de Hegedüz, y el que esto escribe, uruguayo, floridense radicado ahora en Montevideo. Incluyendo también páginas escritas en vida por el Arq. Nelson Bayardo.



Y los ensayos: “Presencia de la poesía culta en la letra del tango” publicado por Tanguedia, afirmando su tesis de que hay tango fuera y aún antes del tango, referido a sus poetas preferidos, que hicieron buena literatura, pero sosteniendo que también es posible encontrar algo de alta poesía, aún en las letras menos elogiadas. Y “Los cafés de la Avda. de Mayo” (conjuntamente con Oscar Himschoot, ya fallecido. (3 ediciones), Y muchos más, algunos todavía inéditos.-



No es menor su aporte poético, en sus libros: “Las esquinas de la noche” (Mención de honor del Fondo Nacional de las Artes),”Pájaros que mueren en la primera luna”, “El tango en Granada”, “Manchas de tiempo”, “Identidad y otros poemas de la tristeza”; y en estilo lunfardo: “Poemas de la media gamba” y “Punto y revoleada”.-



Asimismo ha escrito muchas letras, entre las que se recuerdan: con Osvaldo Tarantino “Sueños de Historietas” , y “Nacer en Buenos Aires” (tangos); con Carlos Acuña, “Y te encuentro a cada paso” (tango); con Osvaldo Requena”, “La muerte del violín”; con Carlos Cabrera, “Ya” (milonga), “Llueve” (tango canción) y “Gente de Barrio” (tango), “Las manos de Taranta” (canción) con Marcos Valdés …



Receptor de numerosos premios que le han otorgado, entre los que se encuentra su designación como Asociado de Honor de la Academia Uruguaya del tango. Y otros muchos, en su país y en otras naciones, entre ellas la “Orden al Mérito en grado de “Grande Ufficiale” del Gobierno de Italia, y la “Gran Cruz de la Orden al Mérito Civil “ de SM el Rey de España Juan Carlos I. También premiado por Casa del Teatro, por el Círculo de Poetas Lunfardos, por la Sociedad de poetas y escritores de La Matanza, por el Centro Cultural Leopoldo Marechal, en Concurso Internacional de San Francisco (Córdoba), en Concurso Internacional de San Rafaél, Vecino ilustre de Villa Urquiza, Medalla de Plata de la Academia del Lunfardo por su labor poética, distinciones de “Argentores” y del Tango Club de Villa Constitución, el Museo de Gardel de Valle Edén en Tacuarembó…



Como lo establecimos en el Diploma que en oportunidad de su nombramiento como Asociado Honorario de la Academia Uruguaya del tango, le entregamos, en acto público realizado en La Spezia, lo calificamos como MAESTRO. Y hoy ante su muerte física seguimos afirmándolo.

Porque Maestro deriva de Magis, que significa “más qué”, o sea es más de lo que dijo ése diploma que me tocó entregarle, es decir que está más allá de sus conocimientos, que por cierto eran enormes, y sabía trasmitirlos; pero también por su manera de ser y comportarse en la vida, con ética profesional y humana, que incluye honestidad intelectual y valentía, para expresar lo suyo, y siempre respetando ideas contrarias a las propias, porque en eso reposa la armonía social. Siendo amables con todos, ignorando ofensas, con creatividad e inteligencia. Sin emociones o sentimientos negativos, combinando muy bien plenitud y equilibrio.-

La expresión Maestro, viene del latín Magister, que significa, de mérito relevante, por ser alguien de quien aprender, escuchar, respetar y admirar, una guía para sus semejantes.-

Es decir, no fue un mero instructor, sino un ejemplo para todos, por su manera de ser, su comportamiento en la vida, con una ética profesional y humana, que continuamente nos están obsequiando sus conocimientos y su imaginación. Valiosos regalos a los que debemos nuestro reconocimiento y agradecimiento.-



Hoy al expresar nuestro dolor, lo admiramos cada vez más, y aunque ahora no esté fisicamente con nosotros, siguen estando sus familiares y amigos, su recuerdo y sus obras.-



Dr. NELSON SICA DELL´ ISOLA





vendredi 29 mars 2013

RODOLFO BIAGI


Carlos Puentes

(Académico del Tango e Historiador)

Rodolfo Biagi nació en el barrio de San Telmo el 14 de marzo de 1906, hijo de Sixto Biagi y Ana María Gil Landaburu.

Sus estudios musicales los inició con el maestro Francisco Rivara en el conservatorio de «La Prensa».

Cuando contaba con sólo 13 años comenzó a trabajar de pianista, amenizando a la tarde y noche la pantalla del cine Colón de la calle Entre Ríos, donde conoció a Juan Maglio «Pacho» que le invitó a unirse a su conjunto y así pasar a integrar aquella «catedral» del tango que fue el «Café El Nacional» como también después pasó al «Café Dominguez», ambos en la Corrientes angosta.

Luego de actuar unos años con «Pacho», se incorporó al conjunto de Miguel Orlando en 1925 con quien intervino en el «Maipú Pigall» y donde conoció al poco tiempo a Carlos Gardel.

En 1927 pasó a formar parte de la orquesta de Juan Guido para actuar en el cine «Real». Por aquel año Discos Víctor lo contrató para grabar su primer disco, en solo de piano; aquella placa contenía de un lado el tango «Cruz diablo» del propio Biagi y en la otra cara del disco «El carretón», estilo de José Servidio registrados el 22 de agosto de 1927.

En 1930 tuvo la gran oportunidad de acompañar a Carlos Gardel en varios temas grabados en discos «Nacional Odeón» donde el «Zorzal» es secundado por las guitarras de Barbieri, Aguilar y Riverol más el violín de Rodio y el piano de Rodolfo Biagi; los temas fueron «Buenos Aires», «Yo nací para ti, tú serás para mi» (foxtrot), «Aromas del Cairo» (vals), «Aquellas cartas», «Viejo smoking», grabados el 01 de abril de 1930 y «Lo han visto con otra» del 10 de abril de 1930.

En 1931 pasó a formar parte de la orquesta que dirige Juan Canaro, actuando en el «Casanovas» y grabó en discos «Víctor». Luego junto a Juan Canaro, también realizó espectáculos en el cine «París» y viajó en 1935 a Brasil para presentarse en el casino de Farruphila en Río Grande do Sul.

Después de aquellas exitosas actuaciones con Juan Canaro y a su regreso de Brasil, es llamado por Juan D’Arienzo para ocupar el lugar de Lidio Fasoli que había sido el pianista en las primeras grabaciones que registró «El Rey del Compás» para «Víctor».

Con D’Arienzo graba por primera vez el 31 de diciembre de 1935 el vals «Orillas del Plata» y el tango «9 de Julio» iniciando así su más importante colaboración como integrante de orquesta típica.

Luego de permanecer al lado de Juan D’Arienzo dos años y medio con el gran éxito que todos conocemos y a la vez de ser el músico fundamental que ayuda a definir el estilo tan caracerístico del «Rey», se aleja a mediados de 1938 para formar su propia agrupación debutando en los discos Odeón el 15 de agosto de 1938, grabando su tango «Gólgota» con la voz de Teófilo Ibañez y el instrumental de Arturo de Bassi «El incendio».

Debuta en el dancing «Marabú» el 18 de setiembre de 1938 y pocos días más tarde en Radio Belgrano. A su primer cantor Teófilo Ibañez le siguieron sucesivamente Andrés Falgás, Jorge Ortiz, Alberto Lago, Carlos Acuña, Alberto Amor, Carlos Saavedra, Hugo Duval, Carlos Heredia y Carlos Almagro, todos grbando para Odeón, Columbia y Music Hall en diferentes etapas.

Otras voces que participaron con Biagi sin llegar a la grabación fueron Carlos Bermudez en 1949, Julio Fontana en 1956/57, Jorge Garré en 1959/60 y Oscar Macri en 1963.

Entre los excelentes músicos que colaboraron con Rodolfo Biagi recordamos a los bandoneonistas Alfredo Attadía, Domingo Cuestas, Miguel Bonano, Manuel Daponte, Jorge Argentino Fernández, Juan Migliore, Alfredo Pedernera, Luis Maggiolo y Agustín Bergato. Los violinistas Marcos Larrosa, Mauricio Saiovich, David Abramsky, Claudio González, Adolfo Muzzi, Oscar de la Fuente, Naum Klotzman y Eduardo Salgado. Los contrabajistas Cristobal de Lorenzo y Donato Calabrese, entre muchos que supieron ser dirigidos por Rodolfo Biago, apodado «Manos brujas» del tango.

El sello Odeón lo contó en su elenco desde 1938 hasta 1956, pasando luego en 1956 hasta 1961 al sello Columbia y más tarde de 1963 a 1966 a Music Hall, siendo sus dos últimas grabaciones con la voz de Hugo Duval los tangos «Estrella» y «Arriba Jara», cerrando así una importante discografía plagada de grandes éxitos inolvidables.

Por último, recordemos parte de sus obras como compositor: «Indiferencia», «Campo afuera», «Dejá el mundo como está», «Humillación», «Amor y vals», «Magdala», «Por la güella», «Por tener un corazón», «Como en un cuento». «Oh! Mamma mía», entre otros.

Su paso a la inmortalidad se produce el 24 de setiembre de 1969 y a pesar de ello, su talento sigue dando muestras del afecto que sigue teniendo su gran público que lo escucha a través de las reediciones de sus discos que son pedidos y difundidos no sólo en Argentina, en Uruguay, Chile, Brasil, Colombia, Venezuela, Japón, Italia, Francia, Alemania, etc., donde en emisoras y salones de baile lo tienen como uno de los mejores exponnetes del tango tradicional y milonguero.





mardi 19 mars 2013

EMILIO BALCARCE


Emilio Balcarce nació en Buenos Aires el 22 de febrero de 1918.Fue violinista, bandoneonista, arreglador, director y compositor.

Cursó estudios de violín que luego completó con otros de armonía y contrapunto, con los maestros Elhert, Fischer y Marcoli. Sin embargo debutó profesionalmente a los 17 años, como bandoneonista, en la Orquesta de Ricardo Ivaldi. Cabe destacar que aprendió a ejecutar el bandoneón en forma autodidacta.

Actuó con Edgardo Donato en 1942 , a partir de entonces integró diversas orquestas y acompañó a destacados solistas. Recordamos a Manuel Buzón, Alberto Castillo, Alberto Marino, Alfredo Gobbi, Aníbal Troilo, Osvaldo Fresedo, Osvaldo Pugliese, con quien viajó a Rusia, China y Japón, Edmundo Rivero y en 1968 con Ruggiero, Lavallén, Plaza, Herrero y Rossi conformó el Sexteto Tango.

Tuvo orquesta propia con las voces de Jorge Durán y Amadeo Mandarino.

En estos últimos años se dedicó a un proyecto que merece especial consideración, la Orquesta Escuela de Tango, creada por la Fundación Tango Vía, que apunta a formar a la largo de dos años a jóvenes intérpretes en distintos estilos tangueros.

En Montevideo actualmente ocurre algo similar con la Orquesta Típica Destaoriya, patrocinada por la Fundación Cienarte que dirige el maestro Oldimar Cáceres, siendo su Director Ejecutivo nuestro estimado amigo Ruben de Lapuente.

Balcarce ha sido nombrado Vecino Ilustre de la ciudad de Buenos Aires. El 1° de marzo de 2007 se le homenajeó con la Escuela de Tango en el marco del «Festival Buenos Aires Tango», en el Teatro Alvear.

Entre sus obras recordamos, «La bordona», «Si sos brujo» y «Que habrá sido de Lucía ?»

lundi 28 janvier 2013

HÉCTOR VARELA


 
Héctor Varela, bandoneonista, director, arreglador y compositor, nació el 29 de enero de 1914 en el Barrio de Avellaneda (Buenos Aires).  Su padre Salustiano Varela, lo anotó en el Registro Civil con el nombre de Salustiano Héctor Paco Varela Crespo. Era su quinto hijo y único varón y queriendo homenajear a su esposa, Francisca Crespo, le puso Paco, no como apodo, sino como nombre.

            Se recibió de Contador Público, carrera que nunca ejerció, debido a su dedicación a la música. De muy joven tocó el bandoneón de oído y tuvo el apoyo de un viejo bandoneonista del barrio, quien fue su primer maestro. Más tarde recurrió a los oficios del bandoneonista Eladio Blanco para perfeccionar sus conocimientos.

                A los 16 años ingresó  como sgundo bandoneón en la orquesta que recién había formado Salvador Grupillo. Luego integró la orquesta que Alberto Gambino había conformado especialmente para actuar en el programa radial «Chispazos de Tradición».

             A continuación formó parte de un conjunto que acompañaba a Tita Merello. En 1934 tuvo un pasaje fugaz por la Orquesta de Juan D’Arienzo. Al año siguiente, 1935, se le encuentra en la fila de bandoneones de la Orquesta de Enrique Santos Discépolo, que actuaba en Radio Municiapal. Disuelta la Orquesta de Discepolín, formó parte del grupo que acompañaba a Libertad Lamarque.

            En 1939 constituyó su primera orquesta que tocaba a lo Juan D’Arienzo. En 1940 el Rey del Compás  lo convocó para actuar en su orquesta, en la que permaneció hasta 1950. Es en este momento que deja la Orquesta de D’Arienzo, para formar la suya propia, en la que figuran: en el piano, César Zagnoli; en los bandoneones, Antonio Marchese y Alberto San Miguel; en los violines: Hugo Baralis y Mario Abramovich y los cantores, Armando Laborde y Rodolfo Lesica.

            Con esta orquesta, Héctor Varela empieza a grabar en el sello «PAMPA». El primer disco es un 78 rpm con los tangos «El flete» y «Tal para cual cual».

            Como compositor, Héctor Varela, nos ha dejado una extensa discografía, de la cual recordamos sólo algunos títulos, «Bien pulenta», «Cartón junao», «Lilián», «Mírame en la cara», «Si supiera que la extraño», «Te espero en Rodríguez Peña»…

            Héctor Varela falleció en la ciudad de Buenos Aires, el 30 de enero de 1987.