Nació en la
ciudad de Buenos Aires, en el barrio de San Cristóbal, más precisamente en la
calle Garay, , el 25 de setiembre de 1894. Sus padres Rosario Hernández y
Tristán Barbieri, eran argentinos. Su
padre, que era músico de profesión y fue
quien despertó en su hijo el amor por la guitarra.
A comienzos de la segunda década del
siglo XX, integró un trío con Félix Rodríguez en bandoneón, Pedro Vallarino en
violín y él con su viola. Se iniciaron en serenatas y bautismos en sus
correrías milongueras por los barrios de la ciudad.
En un reportaje que le hiciera la revista
uruguaya «Cancionera», Barbieri relata como conoció a Carlos Gardel : «Lo
conocí en el Stud de Bastarrica, en el Bajo Belgrano, en oportunidad de una
gran fiesta, conmemorando la victoria de un caballo del stud. Gardel y Razzano
me escucharon con mucha atención y terminada la reunión nos despedimos y
quedamos en hablarnos. Al otro día se apareció Razzano por el Teatro Esmeralda
(hoy Maipo) donde yo trabajaba, cerramos trato y desde ese momento ocupé mi puesto”.
Fue el guitarrista de más larga
actuación junto a Gardel. En 1921 unió su guitarra a la de José Ricardo y
permaneció junto al «Inmortal tacuaremboense» hasta su muerte en el accidente
de Medellín.
Barbieri fue un inspirado compositor. En 1921, Roberto
Firpo grabó el primer tango de su autoría, «Los ruiseñores». Dejó alrededor de
90 obras, de entre las cuales recordamos sólo algunas : «Anclao en París»,
«El que atrasó el reloj», «Preparate p’al domingo», «Viejo curda», «Pa’
lo que te va durar», que quedó originalmente inédito. Este tango lleva letra de Esteban Celedonio Flores y se conoció varios
años después de muertos Barbieri y el «Cele». Lo estrenó la orquesta de Aníbal
Troilo con Jorge Casal, aunque no lo llegaron a grabar. «Pichuco» lo hizo
después con la voz del «Polaco» Goyeneche. Otro tango de la autoría de Barbieri
y Flores es «Viejo smoking», que grabó la orquesta de Juan D’Arienzo con su
cantor Armando Laborde.
Pero es necesario decir que el tema más exitoso de Barbieri
fue «Anclao en París», tango que nació a través del correo. Enrique Cadícamo se
alojaba en esos momentos en el Hotel Oriental en la ciudad de Barcelona y
recibió una carta de Guillermo Barbieri desde Niza, donde actuaba Gardel, en la
que le pedía una letra para musicalizarla y que «El Mago» la cantara.
Sentado a una mesa en el comedor del hotel, Cadícamo pidió un
“carajillo” y mientras fumaba escribió, en menos de una hora, la letra de
«Anclao en París». El propio poeta en sus memorias cuenta así este hecho: «Mi
imaginación voló a Montmarte, donde recordaba haber visto a algunos jóvenes
compatriotas anclados iniciándose en la cruel manga y a los cuales siempre pude
tirarles unos francos salvadores. Aquello podría ser el tema para la letra del
tango».
Al día siguiente Cadícamo le envió los versos a Barbieri,
quien rápidamente compuso la música y Gardel lo grabó en la «Ciudad Luz», el 28
de mayo de año 1931.
Barbieri fue un gran colaborador de Gardel, de quien
apreciaba además su gran sentido del humor. Era él quien hacía las veces de
apuntador cuando «El Mago» se olvidaba la letra de alguna canción. En varias de
las grabaciones de Gardel se escucha la voz de Barbieri en alguna breve
anotación y en algún caso, como en «Che Bartolo», su intervención hace reir
francamente al «Zorzal Criollo».
En 1933, en una
entrevista que le hiciera la revista «Cancionera», declaró Barbieri: «En
mi larga actuación al lado del Mago, debo expresar que siempre he sentido la
más profunda admiración por él, a pesar de lo cual en los 14 años que soy su
guitarrista nunca llegué a tutearlo».
Barbieri falleció el 24 de junio de 1935 en el accidente de
Medellín, junto a Gardel y Lepera.