lundi 8 juillet 2013
El Mago y ese miedo de volar.
A 78 AÑOS DEL ACCIDENTE DE MEDELLÍN QUE TERMINÓ CON LA VIDA DE GARDEL.
«El Mago»y ese miedo de volar.
Corría el 1924 cuando Julio De Caro inauguró el Chantecler; Gardel solía recalar en él a su regreso de sus actuaciones. Se ubicaba en uno de los palcos, corría las cortinas buscando el anonimato y la tranquilidad para conversar con sus amigos nocheros, entre los que se contaba el maestro Juan D’Arienzo.
Poco tiempo después D’Arienzo inició sus actuaciones en esa sala y próximo a una gira que iba a iniciar el «Inmortal tacuaremboense», éste le expresó al «Rey del Compás», sus temores de viajar en avión.
Cuando ocurrió la tragedia, D’Arienzo lloró mucho la pérdida de su amigo y en su homenaje, se hizo el juramento no subir nunca a un avión.
Y lo prometido, se hizo realidad. Su orquesta viajó a Japón, pero él no. La travesía por mar le llevaría mucho tiempo. Cuando el maestro viajaba a Montevideo para actuar y vacacionar, lo hacía en el Vapor de la Carrera.
Cuando yo bajé de mi viaje de bautismo a Buenos Aires, juré no subir jamás a un avión. Hoy en día tengo tantas horas de vuelo, que ya podría aspirar a obtener el brevet de comandante de aeronave.
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