Nocetti
nació en Montevideo el 6 de noviembre de 1959. Fue el último gran cantor de
tango uruguayo con trascendencia a nivel internacional. Se inició cantando en
público cuando tenía 15 años, después de ganar un concurso que se llevó a cabo
en el Argentino Hotel de Piriápolis. En la ocasión fue acompañado por el Trío
del maestro César Zagnoli e interpretó de Alberto Mastra, el tango “Bonjour
mamá”.
Con 20 años se instaló en la ciudad
de Buenos Aires, llevado por Atilio Stampone, quien lo vinculó al local
nocturno de tangos “Caño 14” y con el programa televisivo “Grandes valores del
tango”.
En la noche porteña compartió
escenarios con grandes figuras del 2 x 4, como Roberto Goyeneche, Edmundo Rivero y Ruben Juárez.
Nocetti era poseedor de una voz
magnífica con registro de barítono, que fue moldeando y adaptando rápidamente,
logrando interpretar el tango con emoción y sentimiento. Sus referentes fueron
Gardel, a quien solía escuchar y cantar junto con sus discos, “para
aprender y no para imitar” según confesaba. También hacía lo propio
escuchando al “Polaco” Goyeneche y a Ruben Juárez.
En su repertorio se observa
una predilección por el tango poético, con especial predilección de las
autorías de Eladia Blázquez, Enrique Cadícamo, Homero Manzi y los hermanos
Expósito. En 1978 se editó su primer disco: “Naranjo en flor” para el
sello Orfeo.
Osvaldo Pugliese lo convocó en 1982,
junto a otros cantores jóvenes para la pieza “Futuro”. Al año siguiente se
integró como cantor de la Orquesta de Tango de la Ciudad de Buenos Aires, que
dirigían los maestros Raúl Garello y Carlos García.
Nocetti
en 1993 regresa a Montevideo y es convocado por el maestro Federico García
Vigil para realizar el ciclo “Galas del Tango”, donde al cantor le acompañó la
Orquesta Filarmónica de Montevideo.
En 1996 graba para el sello SONDOR,
“Excesos”.
Lamentablemente la tragedia le llegó
en un momento de esplendor de su carrera artística. Al igual que Julio Sosa,
este cantor uruguayo de 43 años se estrelló el 30 de diciembre de 2002 en la
rambla de Montevideo, a la altura de la playa Buceo, en la curva del Museo
Oceanógrafico, cuando conducía su coche a alta velocidad.